La Inteligencia Artificial (IA) no es ni inteligente ni artificial, aunque represente un concepto que llama "mucho la atención", y tampoco se corre el peligro de que dispositivos como Alexa lleguen a dominar a los humanos hasta el punto que retrataba la serie de películas de 'Terminator'.
Son las conclusiones que sacan Andrés Ortiz García, catedrático de Teoría de la Señal y las Comunicaciones de la Universidad de Málaga, y Paco Martínez Murcia, ingeniero de Telecomunicaciones y doctor en Tecnologías de la Información y la Comunicaciones por la de Granada.
Ambos dirigen un curso en la Universidad Internacional de Andalucía que ahonda en cómo la IA se ha colado en el día a día de la sociedad, pero sin peligro aparente de ir más allá.
El curso se llama 'Introducción práctica a la Inteligencia Artificial: generación de contenido y modelos de lenguaje’ y, para Ortiz, por encima de otros conceptos, en este asunto "hay un exceso de información, de noticias, porque es un término que llama mucho la atención".
Sí admite que es una "revolución industrial" que hayan aparecido una serie de herramientas "totalmente nuevas que facilitan la vida", pero hay que entenderlas en su justo ámbito, "como una herramienta, y no como algo que nos vaya a atropellar".
'No van a anular a las personas'
Así, sostiene que "no van anular a las personas" y que, simplemente, "van a facilitar la vida".
"No es tan inteligente ni es artificial, porque se construyen con datos del mundo real, e intentan replicar las habilidades de los humanos de forma programática o de forma algorítmica, cosa que evidentemente es muy complicada", ha explicado.
"No comprende lo que está diciendo, ni es capaz de representar ningún tipo de emoción sobre lo que hay detrás de lo que está diciendo ni nada por el estilo", añade Ortiz, con lo que simplemente se trata de herramientas que hay que ver como algo que va a facilitar la vida.
A todo esto, Martínez apostilla que la gente se ha dado cuenta de que la Inteligencia Artificial existe cuando llegó el modelo de lenguaje de GPT "y ha aprendido, entre comillas, a hablar".
Una tecnología sin avances significativos
Curiosamente, una vez que ha pasado toda la avalancha de noticias sobre este asunto, se está en un punto "en el que ya no hay avances significativos, y se están viendo las limitaciones que tiene", a pesar de que "hace dos años fue una revolución en el mundo".
"Todo el mundo ha oído hablar de GPT, pero Inteligencia Artificial no es solo el lenguaje. Llevamos usándola años, en robots, en temas de visión artificial, en coches autónomos…", dice, al tiempo que reflexiona sobre cómo se ha instaurado poco a poco como algo de uso común.
"Hay una que intenta imitar el lenguaje y que lo está haciendo relativamente bien, aunque se inventa muchas cosas y tiene muchos fallos", pero esa tecnología en concreto "está llegando al límite ahora mismo", ha indicado.
Paco Martínez concluye analizando cómo funcionan dispositivos inteligentes como Alexa, el altavoz de control de voz de Amazon, que, aunque da la impresión de que es el que controla, en realidad es controlado por su usuario.
Para él, se trata de un "cacharro deficitario", algo que se ve en que estén cortando presupuesto en la división de Alexa porque no consiguen que se compre directamente desde él, con lo que hay "una barrera detrás como de desconfianza en el dispositivo, porque eso es algo muy humano".
Con todo ello, Alexa, como cualquier máquina relativamente inteligente, tiene sus límites, y no se prevé, ni de lejos, que llegue a convertirse en un 'Terminator', ni que haga falta que John Connor llegue del futuro para 'salvar' a la humanidad de Google Maps si alguna vez llega a 'rebelarse' contra su usuario humano.